Infecciones | 2023-07-07 21:27:50
La interacción entre nutrición e inmunidad es un fenómeno apasionante y complejo; los alimentos en general y los nutrientes en particular, ejercen un papel importante en el desarrollo y preservación del sistema inmune, por ello cualquier desequilibrio nutricional afectará en alguna medida la competencia del sistema inmune (1). Nuestro sistema inmunológico juega un papel vital en la protección de nuestro cuerpo contra bacterias, virus y otras sustancias nocivas. Mantener un sistema inmunológico fuerte y saludable es fundamental para prevenir enfermedades y promover un bienestar óptimo. Una forma clave de fortalecer nuestras defensas es a través de una nutrición adecuada. En este artículo, exploraremos cómo podemos utilizar la alimentación para mejorar nuestras defensas contra las bacterias y promover una buena salud en general.
Consumir una dieta equilibrada: Una dieta equilibrada y variada proporciona los nutrientes esenciales que nuestro sistema inmunológico necesita para funcionar correctamente. Asegúrate de incluir una amplia variedad de frutas y verduras frescas, que son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, incorpora proteínas magras como pollo, pescado, legumbres y productos lácteos bajos en grasa. Los alimentos integrales, como granos enteros y cereales, también son importantes, ya que proporcionan fibra y nutrientes esenciales (2).
El aporte de energía debe ser el correcto: ni por encima ni por debajo de las recomendaciones. El aporte excesivo de energía afecta a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones, puesto que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de este tipo de enfermedades. Se sabe que las personas obesas tienen mayor incidencia en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y éstas se hallan vinculadas a trastornos inmunitarios (2). La función inmunológica también se ve alterada en personas que ingieren dietas por debajo de las 1.200 kcal o dietas más ricas en aporte de energía, pero desequilibradas (2).
Vitamina C: La vitamina C es conocida por su papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Se encuentra en frutas cítricas como naranjas, mandarinas, limones y pomelos, así como en fresas, kiwis, pimientos rojos y vegetales de hojas verdes. Incorporar estos alimentos en su dieta diaria le ayudará a aumentar sus niveles de vitamina C y fortalecer sus defensas (3).
Vitamina D: La vitamina D desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico. Además de la exposición controlada al sol, puedes obtener vitamina D a través de alimentos como pescados grasos (salmón, sardinas), yema de huevo, hígado y alimentos fortificados. Si tiene deficiencia de vitamina D, es posible que su médico le recomiende un suplemento (3).
Zinc: El zinc es un mineral esencial para la función inmunológica adecuada. Las fuentes alimenticias de zinc incluyen carnes magras, mariscos, nueces, semillas y legumbres. Alimentos como el germen de trigo y los cereales fortificados también son buenas opciones (3).
Probióticos: Los probióticos son bacterias beneficiosas que promueven la salud intestinal y fortalecen el sistema inmunológico. Puedes encontrar probióticos en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi. También hay suplementos probióticos disponibles en el mercado, pero consulte a su médico antes de comenzar a tomarlos (2). Recuerde que una alimentación saludable debe ser parte de un estilo de vida generalmente saludable, que incluya actividad física regular, suficiente descanso y manejo del estrés. Además, es importante seguir buenas prácticas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, para prevenir la propagación de bacterias y enfermedades. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud, como un médico o un nutricionista, para obtener asesoramiento personalizado sobre tus necesidades nutricionales y cómo fortalecer su sistema inmunológico de manera efectiva.
Referencias: