Infecciones en el paciente anciano: ¿Por qué son más frecuentes?

Algunas infecciones son más frecuentes en los ancianos; la frecuencia de las infecciones urinarias es 20 veces más alta y la de las infecciones pulmonares 3 veces mayor en los pacientes de edad avanzada que en los más jóvenes (1), se preguntarán entonces, ¿por qué son más frecuentes las infecciones en esta población? Las personas de edad avanzada corren mayores riesgos de sufrir enfermedades infecciosas debido a factores fisiológicos, anatómicos, entre otros. A continuación, expondremos cada uno de estos:

1. Envejecimiento del sistema inmunitario: El proceso de envejecimiento está asociado con una serie de alteraciones en el sistema inmunitario que conducen a una pérdida de determinadas actividades inmunológicas junto al incremento de otras, lo que da lugar a una respuesta inmunitaria inapropiada ante patógenos (1).
2. Incremento de las comorbilidades: el paciente anciano presenta un incremento de la comorbilidad, en especial de enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, demencia, entre otras, que favorecen el desarrollo de nuevas enfermedades e incrementan su morbimortalidad, así como la polifarmacia y con esta, la aparición de reacciones adversas a medicamentos secundarias en su mayoría a interacciones medicamentosas (1,2).
3. Deficiencias nutricionales: La desnutrición es una condición clínica con elevada incidencia en la población de edad avanzada. Hasta un 50% de las personas mayores de 65 años residentes en hogares geriátricos presentan desnutrición, la cual conlleva a un incremento en la fragilidad del anciano y facilita el desarrollo de procesos infecciosos (1,2).
4. Modificaciones anatómicas y fisiológicas del envejecimiento: El envejecimiento va acompañado de una alteración de determinados mecanismos de protección del organismo como: reducción de la movilidad del aparato digestivo, trastornos de la deglución, modificación de la flora intestinal, deterioro de la movilidad ciliar del aparato respiratorio, alteración del reflejo de la tos, disminución de la frecuencia de la micción, episodios de retención aguda de orina o presencia de un residuo posmiccional, factores que favorecen la proliferación bacteriana y el desarrollo de infecciones (2).
5. Presentación clínica de las infecciones: La presentación clínica de las infecciones en el anciano muestra notables diferencias respecto a la observada en los adultos jóvenes. Así como la mayor parte de las infecciones de los adultos se manifiesta por un conjunto de síntomas francos y evidentes, entre los que suele destacar la fiebre, las manifestaciones de las infecciones del anciano son a veces mucho más discretas. La fiebre falta en el 20-30% de los casos, incluso en enfermos con infecciones graves. Las infecciones en el paciente mayor presentan una menor expresividad clínica y suelen desarrollarse de forma atípica los cuales algunas veces de forma equivocada, son asociados con el propio proceso de envejecimiento (1,2).
6. Institucionalización: En esta población se destaca el alto índice de institucionalización (hospitalizaciones, hogares de cuidado) y la elevada frecuencia de procedimientos agresivos (sondas vesicales o nasogástricas) que aumentan en sí el riesgo de infecciones, así como el riesgo de que estas se produzcan por bacterias resistentes (1).

Referencias:

1. Raschilas F, Blain H, Jeandel C. La infección en el paciente de edad avanzada. EMC - Tratado de Medicina. enero de 2006;10(2):1-11.

2. López-Soto A. Infecciones en el anciano.