Consejos para la prevención de alergias desde la edad pediátrica

Las enfermedades alérgicas suelen ser uno de los principales motivos de consulta en la consulta médica general. El conjunto de las enfermedades alérgicas constituye una patología típicamente multifactorial, donde actúan tanto la predisposición endógena (genética), como una serie de agentes exógenos que constituyen los elementos químicos de composición orgánica e inorgánica, frente a los que se desencadenan. A ello, hay que añadir otros aspectos medioambientales, como los climáticos, que hacen que tales agentes estén presentes en unos u otros momentos (1).

La prevención de las enfermedades alérgicas constituye un pilar básico en la aparición, interrupción y retraso de la progresión de la enfermedad, éstas deben ser implementadas en los primeros años de vida para lograr un mayor impacto y deben realizarse a tres niveles dependiendo del momento de intervención (1,2):

Prevención primaria: conjunto de medidas preventivas que se puedan tomar antes de aparecer la sensibilización alergénica, y que se pueden aplicar a la población de riesgo; es decir, aquella que tiene un antecedente alérgico familiar de primer grado (1). Dentro de las recomendaciones a este nivel podemos encontrar:

• Lactancia materna exclusiva durante, al menos, 4 meses y promover hasta los 6 meses (1,2).
• La alimentación complementaria debe iniciarse entre los 4-6 meses de vida de forma gradual (1,2).
• Puede ser de utilidad, evitar la exposición a alergenos inhalables, así como a humo de tabaco en el embarazo y durante los primeros años de vida (1,2).
• No se recomienda el uso de formulas hidrolizadas para prevención de alergias (1,2).
• La ingesta de probióticos en la etapa prenatal y posnatal ha sido asociada a menor riesgo de dermatitis atópica, sin embargo, los datos no son concluyentes (1,2).

Prevención secundaria: comprende aquellas medidas dirigidas a pacientes sensibilizados a un alérgeno con o sin clínica. En esta etapa, es importante un diagnóstico precoz (anamnesis, exploración física, pruebas in vivo con alérgenos, pruebas in vitro, pruebas funcionales respiratorias, etc.) y correcto. Una vez identificado el alérgeno responsable, se podrán establecer medidas de evitación adecuadas y específicas para cada uno. Dentro de las medidas recomendadas podemos encontrar (1):

• Evitar aeroalérgenos (ácaros, pólenes, epitelios de animales y los hongos) (1).
• Evitar la exposición a factores irritantes (tabaco, desodorantes) (1).
• Ventilación del hogar (1).
• Es muy importante la educación en la enfermedad alérgica para conocer los factores posibles desencadenantes de la sintomatología y realizar medidas de prevención secundaria (1).

Prevención terciaria: En este nivel, se deben aplicar tanto las medidas de educación y de control ambiental, la evitación del alérgeno, así como el tratamiento farmacológico en función de la patología que presenta el paciente (1).

Referencias:

1. Falcó SN, Galán CG. Prevención de las enfermedades alérgicas.

2. Prevención de las enfermedades alérgicas en la infancia: entre la teoría y la realidad. Arch Argent Pediat [Internet]. 1 de junio de 2016 [citado 12 de abril de 2023];114(3).

Disponible en: http://www.sap.org.ar/docs/publicaciones/archivosarg/2016/v114n3a29.pdf