Hipertensión | 2022-01-11 17:01:54
Tu estilo de vida te podría causar problemas cardíacos por estrés:
El estrés es ese conjunto de sensaciones físicas que ocurren en el cuerpo como respuesta a determinados estímulos externos o incluso a pensamientos propios. Implica un grado de tensión emocional o física pues es la respuesta del cuerpo ante una situación percibida como peligrosa o como una amenaza potencial. Pero no sólo depende del estímulo exterior, sino también de la capacidad individual de respuesta ante ese estímulo y cada vez son más comunes los problemas cardíacos por estrés.
Aunque hay una percepción generalizada, especialmente en los últimos años, de que los problemas cardíacos por estrés son un problema, lo cierto es que sólo hasta hace poco tiempo se ha considerado el estrés como un factor que puede contribuir para sufrir un ataque al corazón. De hecho, el estrés sólo fue considerado como un factor de riesgo cardiovascular hasta el 2012 en la Guía Europea de Prevención Cardiovascular1. La principal razón es que no existe ningún instrumento capaz de medir el nivel de estrés y relacionarlo con el riesgo de sufrir un infarto cardiaco.
Algunas observaciones interesantes y estudios epidemiológicos han alertado a los investigadores acerca de una posible relación de causa y efecto entre el estrés y los problemas cardiovasculares. Por ejemplo, se ha demostrado que existe un aumento del riesgo de infarto agudo de miocardio durante las dos horas siguientes a un episodio significativo de alteración emocional. Sucesos como los terremotos de Atenas (1981), Los Ángeles (1994), Hyogo (1995) y el accidente nuclear de Chernóbil (1986) provocaron un aumento de entre dos y cinco veces las muertes no traumáticas debidas a problemas cardiovasculares2.
En 1957, dos cardiólogos de San Francisco, describieron la que llamaron personalidad tipo A (personas muy impacientes, competitivas, hostiles, dominantes y autoritarias) encontrando que estas personas eran altamente propensas a sufrir de estrés. Lo llamativo fue que las personas con personalidad tipo A tuvieron un riesgo 2.5 veces mayor de sufrir un ataque cardíaco o una angina de pecho.
En 2008, un estudio de la Universidad de Cambridge demostró que las crisis bancarias aumentaron las muertes de causa cardiaca. Según sus datos, el miedo y la angustia de ver peligrar los ahorros de toda una vida pueden provocar un aumento del 6,4% de los fallecimientos por infarto, al menos en los países ricos. En el mismo año, se publicó un artículo sobre la incidencia de eventos coronarios relacionados con el estrés producido durante el mundial de fútbol del 2006 encontrando una incidencia de 3.2 veces más casos de infartos coronarios reportados durante los eventos deportivos3.
En enero de 2017, se publicó una investigación en la revista científica The Lancet donde se concluye que la actividad de la amígdala, una parte del cerebro involucrada en el manejo de las emociones, es clave para iniciar el proceso. Es más, sugiere que la actividad de la amígdala puede ser útil para predecir la posibilidad de padecer un problema cardiovascular, independientemente de la existencia de otros factores de riesgo. El grupo de investigadores sugiere que el estrés crónico debe ser tratado como un factor de riesgo cardiovascular importante, recibiendo una atención similar a la que se presta por ejemplo a la hipertensión o el tabaquismo.
¿Qué es lo que sucede a nivel del cuerpo cuando existe un nivel prolongado de estrés?
Los investigadores han descubierto varias razones que causan los problemas cardíacos por estrés:
Además, los sujetos con un alto nivel de estrés también suelen tener otros factores de riesgo asociados a peores hábitos personales, como tabaquismo, alto consumo de alcohol, sedentarismo, obesidad o hipercolesterolemia por una dieta inadecuada4.
En conclusión, aunque el estrés no se valora habitualmente para el cálculo del riesgo cardiovascular ni se recomiendan medidas específicas para combatirlo, sí existen mecanismos que pueden explicar un riesgo más elevado de sufrir problemas cardíacos por estrés. Por lo tanto, sería conveniente que las diferentes sociedades científicas promuevan la modificación de este factor con medidas específicas y claras. La detección temprana de signos y síntomas como la depresión y estrés pueden ayudar a identificar pacientes de alto riesgo cardiovascular y disminuir índices de mortalidad relacionados con problemas cardíacos por estrés.